Como evitar el cáncer, o al menos reducir su aparición. Más que una entrevista.

El 17 de marzo del 2014 el periódico español "La Vanguardia" publicó una interesantísima entrevista que realizó al director de la Agencia Internacional para la Investigación en Cáncer (IARC), Don Christopher Wild.

En esta entrevista, el doctor desvela un descubrimiento gracias a sus viajes a diferentes partes del planeta: como la cultura de cada población, influye directamente en los cánceres que padece dicha población. Dice el doctor: "beber el mate demasiado caliente en Uruguay aumenta los casos de cáncer de garganta; en Australia, los anglosajones expuestos a un sol despiadado sufren un alto porcentaje de cáncer de piel, etc.". Esto no hace otra cosa que indicar que cada cultura y estilo de vida genera sus propios factores de riesgo para la salud.

Pero el doctor va más allá, y dicta que no solo debemos cambiar nosotros por sí solos, sino que debe de cambiar todo a nivel global. Por ejemplo, si una ciudad no está preparada para que sus empleados puedan ir andando o en bici a trabajar, entonces el riesgo de padecer obesidad aumenta y en definitiva el riesgo de padecer algún tipo de cáncer, que a su vez es infinitamente superior al de otras ciudades que sí tienen esos accesos y que sus habitantes hacen ejercicio a diario. Por tanto, alto y claro: CULTURA!

Es importante que tomemos decisiones respecto a nuestras vidas, no creo que resulte muy difícil en decidir si vivir con un riesgo elevado de padecer cáncer, o no. Pues con las decisiones que se adoptan día tras día es difícil decir que es la decisión correcta.

Pienso que hemos llegado ya al límite que no tiene vuelta atrás. Los casos de cáncer no paran de multiplicarse, y si leemos noticias, artículos o entrevistas como la del Doctor Christopher, podemos leer que en los próximos años, el porcentaje de cáncer en el mundo llegará al 80%. ¡Pero es que nadie piensa hacer nada! Si después de leer esto no nos entra el (gusanillo del miedo) por el estómago, es que algo falla en nuestra sociedad.

Nuestras preocupaciones actuales son las de comprar una casa, comprar un coche, ver la televisión, etc. Sin embargo, no nos preocupa nada, que tipo de sustancias químicas puede tener las hojas de lechuga que voy a comer al medio día o a que procesos químicos han sido sometidos los alimentos que les voy a dar de comer a mis hijos, estos hijos que por primera vez en la historia de la humanidad, van a tener una esperanza de vida menor que la nuestra. ¿Algo ocurre no?

Hay muchas maneras de cambiar por nosotros mismos, en este blog damos muchas razones y muchas formas de hacerlo. Espero que sirvan.

Antes de cerrar este artículo, voy a contar una anécdota que me ocurrió el pasado fin de semana: En una quedada con unos amigos, hablando de diversos temas uno de ellos me preguntaba cuál había sido la razón por la que yo había decidido no comer prácticamente nada de carne. Yo les argumenté algunas de las razones saludables por lo que lo hacía, y ello produjo un debate que se alargó durante varias horas y no se llegó a ninguna conclusión. Cada uno pensaba de diferente manera al respecto, y la mayoría de ellos no entendían mi postura, a pesar de darle datos científicamente comprobados.

Unos minutos más tarde, decidí hacer una pequeña "prueba": decidí preguntarle a ese mismo amigo mío, que antes me había preguntado a mí, cuál era la razón por la cual había decidido comenzar a fumar durante tantos años y no dejar de hacerlo en ningún momento. Fue claro: "No lo sé, sé que no es bueno, pero no lo voy a dejar". No hubo debate. A nadie le importó ese tema. ¿Por qué se somete a juicio algo que buscamos para ser más saludables y sin embargo no se somete algo que MATA?